Nace en el Odu Eyiogbe
OYA LA DUEÑA DEL CEMENTERIO.
En épocas muy remotas, hubo una
tribu en áfrica en la cual, Sus moradores,
aunque muy pobres, vivían muy
felices. En Esta tribu vivían
tres hermanas; la mayor de ellas se sostenía de lo que sacaba del mar y con
este producto, sostenía y criaba a sus otras dos hermanas menores. La
segunda trataba de ayudar a la mayor y tenía
que cuidar a la tercera que era muy
pequeña. Esta segunda hermana, sondeaba los ríos y con el
producto ayudaba a su hermana
mayor, ambas se querían Mucho. La segunda hermana amarraba a la más pequeña a la Orilla
del rio, para que no corriera peligro.
Cierto día,
inesperadamente, fue invadido
y saqueado el territorio. Como la más peque*a estaba amarrada,
algo distante de su
hermana, esta no pudo oír los gritos
de la pequeña, que fue robada por
los invasores. La mayor se salvó por estar trabajando en el mar, esta era
yemaya; la hermana Segunda, cuyo nombre era oshun, se salvó también
porque se encontraba lejos del rio, no
teniendo la misma suerte la más pequeña, que era oya. La mayor sintió
la perdida de la hermana menor, pero
la segunda fue tanta
la impresión que recibió que
estuvo enferma de su ánimo durante muchos a*os, sintiendo cada día más deseos de ver a su peque*a hija, como
ella le decía a su Hermanita. Por eso
oshun guardaba cada día algunas monedas
que le sobraban, para rescatar a su hermanita oya, antes de que fuera doncella.
Sabiendo oshun, cuál era el
precio que habían fijado por su hermana, se lo
entrego en monedas de cobre al jefe
de la tribu de los
invasores, el cual lejos de cumplir con su
palabra y liberar a oya, duplico el precio
del rescate, sabiendo que oshun
era tan pobre que no podía pagarlo. Esto
lo hizo porque se había enamorado
locamente de oshun, que
Era extraordinariamente bella oshun
al oír la respuesta decidida del jefe, cayo de
rodillas delante de él, lloro y suplico el cambio de palabra de aquel
hombre duro y frio, que le pidió a cambio
de la libertad de oya, la virginidad de oshun, prometiéndole
no engañarla si ella accedía.
Oshun se paró, vacilo, pensó en su hermana yemaya a quien ella quería tanto,
pero el
amor era toda su vida y oshun, bajando la cabeza, se sacrificó. De
regreso las dos, oshun le pidió perdón a yemaya, la cual La bendijo y perdono y con aquellas
monedas de cobre producto del sacrificio, adorno la cabeza y los brazos de
oya, en recuerdo de un pasado. Crecieron
oya y oshun, pero oshun para poderla criar, siguió la vida de sacrificios que
por ella empezó y así oya llego a La mayoría de edad. Oshun, mujer alegre en su vida,
pero Santa y mártir de su limpio corazón,
olofi la bendijo por Lo de oya y a
yemaya por las dos. En ese tiempo, olofi repartió las tierras del
mundo en tres, los
que santamente eran merecedores
para implantar ellos el gobierno
(santo) de acuerdo con las condiciones
de cada elegido; a yemaya como mujer, le dieron el gobierno de Los mares, a oshun el gobierno de los ríos,
pero oya no era de la tribu de su
hermana, ya que cuando pasaron lista,
era Cautiva y esclava, por lo que no le dieron gobierno. Oshun lloro y
suplico a olofi y este conmovido le contesto: "ya las tierras del mundo están
repartidas, pero solo queda un lugar sin
dueño, si ella lo quiere de ella será". Era el Cementerio. Oya por hacer feliz a oshun, acepto gustosa
y Oshun se recogió. Aun hoy
sabemos que oya es el ama de los Camposantos.